domingo, 29 de marzo de 2020

El Cuarto de Atenas - Día 9

Déjame que te diga cuántos saltitos di y vos me contás cuántas burbujas soplaste
así quizá disminuya la tristeza
de no poder jugar nunca más
ta te tí, sue te pa ra tí
una vez fui un ciempiés
que no tenía equilibrio
para estornudar
voy a poner los pies en el pasto mojado y hacer fuerza hasta llegar al núcleo de la tierra
quiero
internarme dentro como si fuera parte habitante hija
antes me acariciaban los pastos con su pieles, ahora me lo matan con suelas de goma
las bichas volvimos a germinar
de un poroto
que es negro y chiquito
que ronca despacito
y se baña en aceite de bebé
para comprender
como es nacer
mentes y cuerpos y almas, si existen, juntas y calmas y libres
mi conjunto de células sale a flote transformada en vibración de cuerdas,
que están en mi garganta
y me dicen que soy una cosa que no se explica
pero es belleza
ió leré ki kia, ió leré cucú cucú
cantar es agua.
vamos a nadar
en el vientre de mamá
dista de un trecho enorme, separado por años luz,
la tarde de mis ojos
yo solo veo un poco más allá de los cristales que me cuelgan delante
y la tarde lo sabe
por eso me canta
y yo la escucho
en mí pecho
vuelan pájaros de oliva
me siento y experimento diversas sensaciones
me levanto y se me da vuelta algo
no sé qué será, pero respiro
noto que estoy viva
y no hay nada que decir
lo inentendible espera una miradita
me incomoda esta consigna
pero algún día la podemos llorar

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